martes, 13 de marzo de 2007

Acapulquito



Con el pretexto de acudir a la boda de uno de mis mejores amigos el fin de semana pasado desembarcamos en el puerto de Acapulco. No me había percatado que tenía casi 3 años que no visitaba el mar. Que falta me hacía.

Todo fue estupendo. Empezando por la compañía de E y terminando por la briaga monumental que agarramos el viernes por la noche. Mucho tiempo hacía que no me agarraba el amanecer y luego el atardecer, hasta llegar a la boda sin dormir un sólo minuto. El cuerpo resiente las consecuencias por la edad pero vaya que valió la pena. Habrá que visitar el mar más seguido.

2 comentarios:

Alejandro Azulado dijo...

La inmensidad del mar... ta madre, hace tanto que no voy... y acá en Gdl no he llegado ni a Chapala. No valgo madre

gabriel dijo...

¿Y el mar cómo es, eh?