miércoles, 11 de mayo de 2005

Crónica de una Guarapeta anunciada

Todo salió a pedir de boca, cuando menos hasta antes de que amaneciera. Como buen anfitrión me encontraba bastante nervioso, tratando de cuidar cada detalle para que todo saliera bien. La cita era a las 9 pero como era de esperarse la mayoría llegó pasadas las 11, aunque eso no impidió que los tragos empezaran a circular en gran cantidad desde un principio.

Hubo bastante concurrencia. Los primeros en llegar fueron los Chikabum. Vanessa, Demos, Manu, Nik, George, su brother Arturo, Lizbeth y su hermana. Después llegó la banda de Acueducto. Paola, Betsa y su prometido, Lalo, Pablito y Beto. Siguieron Martha y Micky y atrás de ellos Elizabeth y Melo.

Al principio la música estuvo de la fregada debido a que el dueño del bar nunca quiso apagar su rockola y las 2 o 3 personas que había y no eran invitados se empeñaron en hacer uso de ella poniendo rolas de Arjona y no se que tanta porquería más. Lo bueno es que la banda de Pamela empezó a tocar temprano. Así a eso de las 10:15 la fiesta comenzaba oficialmente y el rock empezaba a sonar.

Después del primer turno del grupo que duro aproximadamente 1 hora la cosa se empezaba a tornar interesante. Pasaban lista de presente Wendy y Travieso. Mónica, Chucho, Carlos, Edson y Pepe. El Chato, Brisa y el Pato. Never y DiGe. Paulina y Moy. Paola C. y su galán. Raúl, Charly y el Chaa con toda su flota. Paola y Hectorin. Claire y Joshito. Topo, Richard, Termi y el Mandi con sus respectivas. Los cuates de la cuadra: John, Richard, Miguel, Oswaldo, Inti, Luis, Tanquecito, Emilio y el primo del Nik. Todos los amigos de mi hermana Tania, mi tío Arturo con Rodimir y Cía. y hasta un par de cuates de Vanessa.

El alcohol corría a raudales y se empezaban a ver los primeros efectos de la noche. Durante el break de la banda se pudieron escuchar algunos temas clásicos de la Lupita, la Cuca, las Ultras y Moderatto. Los motores se encontraban calientes.

Regreso la banda al escenario y con ello la alegría y el canto. Sonó Soda, Waitin de los Pericos (con todo y dedicatoria) y Muriendo lento. El Pato subió al palomazo en la batería y lo acompaño el Nik en la voz. Se vivió un momento especial cuando ofrecieron El Son del Dolor para Eli y Melito, próximos a casarse. Fueron más de 2 horas de absoluto y puro Rock N Roll. El Termi nos deleito como antaño con With or without you acompañado de Josh.

Para el momento en que el grupo terminó su participación aquello ya se había convertido en un pandemonium. La mayoría de la concurrencia se encontraba totalmente alegre (por no decir que bien persas), muy pocos se habían ido (rozaban las 3 de la mañana) y yo ya había vuelto a aparecer, después de perderme por un momento en el limbo.

Siguió el carnaval al ritmo de la rockola, que para esas horas ya se había convertido en arma de batalla. El alcohol se había acabado, así que hubo que pedir refuerzos al personal del bar. Ahí empezó el problema.

Se pidió que abrieran cuentas separadas para que cada quien fuera pagando su consumo. Así se hizo, sin embargo, al final el dueño del bar se me acerco para pedirme que pagará todo lo consumido, siendo que cada quien ya le había liquidado su respectiva cuenta. Esto ocasiono una discusión interminable donde el único cuerdo fue Chucho, quien agarro todas mis pertenencias que se encontraban en el bar y las guardo para posteriormente agarrarme a mi y emprender la huida. Llamamos a todos los que se encontraban todavía en el bar para esa hora, mas no todos acudieron.

Al llegar afuera de mi casa nos percatamos de que faltaban como 10 cuates, así que les llamamos y nos informaron que ya había llegado la policía. Después de un rato de intercambiar llamadas nos enteramos que ya los llevaban detenidos a la Bola, una subdelegación que se encuentra en la Av. Central. Eran aproximadamente pasadas de las 5, así que nos reorganizamos y fuimos al rescate.

El buen Chatin se fue a dar un baño, a trajearse e hizo acto de presencia ante la juez como el Lic. Avecia. Después de que a mi no me dejaron ni discutir que dizque por mi aliento, el buen Arturo, quien fungía como mi representante legal para esas instancias, pudo dialogar con la Lic. que la rolaba de M.P. y tras aflojar una corta todos nos pudimos ir a descansar.

Como diría esa misma noche el Nik, un cumpleaños mío no podía terminar sin una buena anécdota para contar. Agradezco de corazón a todos los que ahí estuvieron y esperemos que haya muchas más de estas.

Salud

1 comentario:

Anónimo dijo...

No maaaaaa...mejor reseña que esta no pudo haber tenido esa mítica tertulia!!! Lo chido es que la disfrutaste y eso es lo importante, cuídate carnal, se le quiere!!!