Día de pagar deudas, de descansar un poco y tomar fuerzas para lo que viene. La nostalgia parece inevitable en esta época pero poco a poco se va convirtiendo en motor para alcanzar las metas deseadas.
Recuerdo aquellas navidades llenas de ilusiones, de regalos, de propósitos donde todo recaía en seres que figuraban ser inmensamente superiores a uno (léase Santa Claus, los Reyes Magos e inclusive nuestros propios padres).
Hoy estoy enfrente de la que talvez se convierta en mi navidad más triste, pero también será la más real, la que recordaré y de la que sin lugar a dudas aprenderé más que ninguna otra.
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