miércoles, 8 de junio de 2005

De cómo van las cosas hasta el día de hoy

Cada vez se van convirtiendo más en cómplices. El tiempo pasa y con él los lazos se van uniendo y los secretos compartiendo. Cada uno va narrando sus experiencias pasadas tratando de involucrarse cada vez más en el mundo del otro. La magia de la convivencia comienza a tener sus efectos. Cuando no pueden estar juntos comienzan a extrañarse. Él añora todo lo que hace a su lado, desde la simple plática, los juegos y las risas, hasta las caricias tiernas y los besos apasionados. R da señales de sentirse muy a gusto y de querer que la relación trascienda. Todo marcha de acuerdo al pulso de ambos.

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