lunes, 27 de junio de 2005

Sus deseos se empiezan a cumplir

La noche era lluviosa y de inmenso tráfico. Bajo de su coche y toco el timbre. R tardó unos minutos en bajar y en cuanto lo vio lo abrazo fuertemente. El se extrañó. Ella no suele ser así y menos sin una razón aparente. Subieron al carro pretendiendo que no pasaba nada. Todavía no tenían destino así que él se dispuso a preguntarle que le gustaría hacer. Una lágrima resbalaba por sus mejillas. ¿Que tienes princesa? le dijo inmediatamente. Nada. De verdad nada, contestó. Él se limitó a abrazarla dejando para después las preguntas.

Llegaron al Sanborns. La atmósfera era la indicada así que decidió retomar el tema. ¿Dime de verdad que tienes? le preguntó. Las lágrimas volvieron a brotar. Entonces R comenzó a explicarle que durante toda su vida había estado sobreprotegida lo que le había causado cierto grado de inmadurez y que ahora sentía que lo estaba comenzando a necesitar de una forma exagerada. Tenía mucho miedo de sentirse así ya que corría el peligro de que luego fuera abandonada. Acababa de hablar con su mamá sobre el tema y ella le había hecho notar que si no maduraba era muy probable que su relación no funcionara. Él se quedó atónito. Trató de transmitirle gran seguridad a R, mas no podía ocultar que sus deseos se empezaban a cumplir. Ella necesitaba de él.

2 comentarios:

C. Luna dijo...

Ella y yo nos parecemos en eso. Saludos.

Iván dijo...

Yo creo que todos en el fondo somos inmaduros e inseguros. La seguridad es sólo una fachada que solemos aplicar cuando todo marcha bien en nuestras vidas. ¿No crees?