jueves, 23 de junio de 2005

Recordando

Corría el día 15 de abril del presente. R, como todos los viernes, se había marchado del trabajo temprano para acudir a su clase de maestría. Él se encontraba algo triste pues sabía que al siguiente día era su cumpleaños y no iba a poder festejarla como se merecía, ya que seguramente iba a pasar el día acompañada de su novio. Ante tales circunstancias decidió que lo mejor era acudir con los amigos al bar de siempre a tomar unas cervezas.

Al calor de las copas un impulso empezó a recorrer su cabeza. Era la ocasión perfecta para llevarle serenata. Sólo que existía un pequeño problema. Entre el grupo se encontraba el peoresnada y la cosa iba para largo. En un arranque de ansiedad le contó su idea a su amigo Jorge, quien a su vez se la transmitió a Edgar. En un principio trataron de frenarlo pero al verlo tan decidido no tuvieron más que apoyar su plan.

Se dividieron. Edgar se llevo al peoresnada, mientras que Jorge se fue con él bajo el pretexto de alcanzar a Pablo en Cinna Bar de la Condesa. Obviamente el destino que tomaron fue otro. Rápidamente se encontraban en Eje Central y en un santiamén ya habían conseguido el Mariachi.

Eran aproximadamente las 12:30 de la noche. Jorge le marcó a R para asegurar que estuviera en casa disfrazando la llamada de felicitación y tras pasar por una buena dotación de fuertecines se dirigieron a su destino. Las primeras notas del mariachi se dejaron oír. No había rastro de R al terminar la primera canción. Tomó su teléfono y le marco. ¿Eres tú? Se escucho una feliz R tras el celular. No tardó nada en asomarse para después bajar. Así prosiguió la noche durante dos horas llenas de canciones y promesas. Las llamadas de los elementos perdidos ventajosamente no cesaron. Al final hubo que decir que la serenata fue para Erika, pretensa de Jorge, pero esa ya es otra historia.

Querías todo de mi, yo te lo di

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