miércoles, 1 de junio de 2005
Miedos
Hoy despertó con muchos miedos. Todas sus inseguridades regresan a él como un boomerang viajando a gran velocidad. Odia sentirse así. Aparentemente todo va excelente, mas su extraña manía de repasar mentalmente todos los eventos de su vida hace que explore caminos que revuelven sus ideas. Deshace y rehace su mundo en instantes. Imagina como sería la vida a su lado. Ve a R feliz, pero nunca es suficiente para él. Escucha su voz en cualquier lugar, en cualquier momento. Recuerda cada frase dicha por ella.
Sube a su carro como todas las mañanas y se dirige al trabajo. Hoy no pasará por ella, talvez por eso el sentimiento. Enciende la radio y pone el disco que apenas ayer grabó con las canciones que R le pidió. Va escuchando una por una y a cada bit de la música un pensamiento surca su mente. Toma su celular y escribe un mensaje: Te extraño bien cañón. No hay respuesta. Pasa el tiempo divagando y el track 17 comienza a sonar. Nunca lo había oído. Desde el primer acorde hay algo que le remueve sus fibras internas. Repite la canción sin cesar, tratando de memorizar la letra. Es una de esas melodías que lo ponen al borde del llanto sin ni siquiera saber el porque. Entra un mensaje: ¿Como que hay mucho tráfico no? Respuesta inmediata: Algo, pero con la música que traigo ni se siente. La contestación no se hace esperar: A si, si te vi cantando, ja ja. Toma el teléfono y le marca. ¿Donde estás? A tu lado. Voltea y la ve. Su rostro se ilumina. Se orilla y ella baja del camión y pasa a ocupar el asiento que tanto la extrañaba. Él piensa si se habrá percatado de la melancolía que tenía cuando cantaba. Sólo ella sabrá. Glorioso destino.
Es el sabor de tus labios, una droga que envenena y me hace enloquecer
Sube a su carro como todas las mañanas y se dirige al trabajo. Hoy no pasará por ella, talvez por eso el sentimiento. Enciende la radio y pone el disco que apenas ayer grabó con las canciones que R le pidió. Va escuchando una por una y a cada bit de la música un pensamiento surca su mente. Toma su celular y escribe un mensaje: Te extraño bien cañón. No hay respuesta. Pasa el tiempo divagando y el track 17 comienza a sonar. Nunca lo había oído. Desde el primer acorde hay algo que le remueve sus fibras internas. Repite la canción sin cesar, tratando de memorizar la letra. Es una de esas melodías que lo ponen al borde del llanto sin ni siquiera saber el porque. Entra un mensaje: ¿Como que hay mucho tráfico no? Respuesta inmediata: Algo, pero con la música que traigo ni se siente. La contestación no se hace esperar: A si, si te vi cantando, ja ja. Toma el teléfono y le marca. ¿Donde estás? A tu lado. Voltea y la ve. Su rostro se ilumina. Se orilla y ella baja del camión y pasa a ocupar el asiento que tanto la extrañaba. Él piensa si se habrá percatado de la melancolía que tenía cuando cantaba. Sólo ella sabrá. Glorioso destino.
Es el sabor de tus labios, una droga que envenena y me hace enloquecer
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